Nuestro objetivo es el ejercicio de la defensa los derechos civiles de los ciudadanos en toda su amplitud y en especial el derecho a conocer todas las circunstancias, autoría, y demás implicaciones habidas en la ejecución del atentado en España del 11 de marzo de 2004.
El embrión de lo que hoy somos nace de forma independiente en cuantos componemos este grupo, el día 11 de marzo de 2004, cuando tras los brutales atentados contra los trenes de las líneas de Cercanías de Madrid vimos que la muerte de ciento noventa y cuatro muertos y más de mil quinientos heridos sacudían nuestros sentimientos, sentimos cómo peligraba nuestra libertad y, en definitiva, como se torcía la historia de España.
Más tarde se fueron conociendo, además de la versión oficial, los resultados de las investigaciones que desarrollaron unos pocos medios de comunicación, destacando fundamentalmente el periódico El Mundo.
De las noticias que fueron emergiendo como resultado del análisis de los hechos, la versión oficial se desmoronó completamente. Es más, y mucho más grave, se comenzó a saber que el sumario que iba instruyendo la autoridad judicial tenía recogidos unos resultados derivados de las investigaciones llevadas a cabo siguiendo las órdenes del el juez instructor, que quedaban en tela de juicio tras el conocimiento de las investigaciones periodísticas.
Con el paso del tiempo, se puso de manifiesto la divergencia absoluta entre lo recogido en el sumario judicial y los resultados de las investigaciones de los periodistas.
Esta gravísima circunstancia animó a unos ciudadanos libres a sumarse a una iniciativa de exigencia del conocimiento de la verdad de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004, pues consideramos que la búsqueda de la verdad es la auténtica piedra angular de una sociedad justa, libre y madura.
Pese a haberse celebrado el juicio y dictado la correspondiente sentencia, seguimos sin saber quién ideó estos atentados, quién los financió, y cómo es posible que los condenados como autores materiales fueran en su gran mayoría personas confidentes de las FyCSE, y que en ningún caso se pudiese averiguar ni un solo resquicio de la preparación y ejecución de tan brutales atentados.
Toda la prensa internacional, del mundo occidental, titulaba al día siguiente de la publicación de la sentencia que se seguía sin conocer la ideología de la tragedia.
Pero es preciso que nos detengamos a considerar qué causas han podido facilitar el atentado terrorista. Qué es lo que ha fallado en el Estado de derecho.
Cómo es posible que se vean en peligro, y lo estén todavía hoy, los derechos y las libertades de los ciudadanos porque un grupo de individuos proyecta y realiza un atentado terrorista.
Cómo es posible que se pueda causar tan grave daño a la democracia española.
Y se llega fácilmente a la evidencia de que algo no funciona en nuestro Estado de Derecho.
La Justicia no puede continuar en manos de los partidos políticos. Los juzgadores no pueden mirar constantemente hacia aquellos que les han sentando en las instituciones judiciales, para actuar al dictado de sus caprichos y de sus estrategias políticas. Pues de esa manera los derechos fundamentales de todo ciudadano queda al arbitrio del partido que en cada momento sea el partido gobernante.
Y solo desde una Justicia independiente puede el ciudadano sentirse libre y ejercitar los derechos fundamentales que se amparan por la Constitución Española.
Por todo ello nosotros, PEONES NEGROS LIBRES, salimos todos los días 11 de todos los meses a la calle, para exigir el conocimiento de la verdad y para exigir la adopción de las medidas necesarias que eviten la repetición de atentados de esta índole.
Para pedir que se reforme el sistema judicial, para que pueda ejercer su deber de juzgar sin estar condicionado o amenazado por un sistema que le atenaza a la política.
Peones Negros Libres desea manifestar, de forma expresa, su aceptación del Estado de Derecho y su adhesión inquebrantable al régimen democrático y parlamentario.
Adoptamos en su día, hace ya más de un año, el símbolo de un flamante peón negro del ajedrez, sobre fondo blanco. Representa a todos aquellos que buscan, en esta partida que se está todavía jugando, el triunfo de la verdad. El color negro simboliza a los ciudadanos que se movilizan desinteresadamente y desde el anonimato, en pos del conocimiento de la verdad.
Colectivamente no pertenecemos a ningún grupo político ni acatamos órdenes que no emanen de nuestros propios órganos. No contamos con ningún apoyo económico, ni ayuda de las autoridades. Y solo con nuestros propios recursos afrontamos los gastos derivados del desarrollo de nuestra actividad para el logro de nuestro objetivo.