La violencia al servicio de la política

Cada vez se aprecia que la intolerancia de los ciudadanos se va radicalizando más. ¿cuál es la causa?

Hoy día cuesta trabajo mantener una conversación normal con un conocido, compañero, amigo e incluso familiar, si entre los temas de conversación aparece la política. Entonces, como por arte de magia, apreciamos que las personas se dividen en dos y de forma diáfana aparecen dos posturas absolutamente dispares, irreconciliables.

Es muy curioso que no existan posturas intermedias. Los partidarios de la derecha difieren rotundamente de los partidarios de la izquierda. Es como si los cerebros humanos fuesen de dos clases. Estoy seguro de que lo habéis comprobado. No es que pueda existir desacuerdo en un punto concreto. No, la radicalidad se pone de manifiesto y asistimos a dos maneras de ver las cosas diametralmente opuestas. Y no solo opuestas, sino hasta beligerantes.

Cuando de lo que se habla con esas mismas personas pertenece a cuestiones del trabajo, de la convivencia, de deportes, del amor, aquí puede que el debate se convierta en una charla amena que se va enriqueciendo con los distintos puntos de vista de cada uno de los tertulianos. Aquí, entonces, si hay acuerdos o al menos los puntos de vista son aceptados por el resto de forma tolerante y pacífica.

¿cuál es, entonces, el motivo de la radicalidad cuando de lo que se trata es de política?