Madurar

Decimos todos los que estamos en primera línea de movilización ciudadana frente a la peor de las legislaturas de toda la democracia, que no entendemos cómo es posible que el pueblo español no reaccione, que no se mueva, que parezca dormido, que pase de todo y sólo vea lo inmediato, sin calibrar mas allá del presente. Que su inmediatez sea “una cerveza y otra de gambas”.

No. No lo veo así. Al pueblo español, como al niño, le hace falta madurar, ser responsable de sus decisiones, de sus acciones y asumir las consecuencias.
Al pueblo español lo veo como el adolescente que sabe que puede hacer en cada momento lo que quiera sin preocuparse de mucho mas, porque está papá ahí para echarle una mano, ayudarlo ante las equivocaciones y proveerle de comida, ropa y vivienda, con la seguridad de que ese sistema es permanente y no cambiara. El pueblo español no es democrático y como el adolescente, no es maduro.

El pueblo español ha estado durante años confiando que el papá Estado le provea de la medicina, de la enseñanza, de su jubilación, de sus vacaciones, del paro en períodos de desempleo y en la confianza de ser un sistema inamovible, seguro y sin grandes preocupaciones mas allá de las que, como el adolescente, le vienen por la lógica del propio crecimiento.